El sistema digestivo, aparato digestivo, tracto digestivo o tracto gastrointestinal equino es un sistema complejo que mide aproximadamente 30 metros de largo en un caballo adulto. Comienza con la boca e incluye todos los órganos que intervienen en la ingesta y procesamiento de alimentos. Es el sistema de órganos que ingiere comida y agua, los digiere para absorber nutrientes y mantener el balance de fluidos en el cuerpo, y expulsa los residuos. Es fundamental conocer la anatomía y fisiología digestiva de los caballos para asegurar una alimentación adecuada y lograr la nutrición óptima. Podemos evitar muchos problemas digestivos en nuestros caballos si entendemos cómo funciona su tracto gastrointestinal y los alimentamos tratando de imitar su dieta natural.
Tracto gastrointestinal de los caballos
Los caballos se clasifican como herbívoros no rumiantes y tienen un sistema digestivo único, el tracto gastrointestinal equino combina características tanto de animales rumiantes como monogástricos. La mayoría de los animales que comen pasto (como las vacas o las cabras) tienen un estómago de múltiples compartimentos, incluido el rumen, una gran tina de fermentación. En el rumen, el alimento es digerido por miles de millones de bacterias que desglosan la fibra de los forrajes (principalmente celulosa y hemicelulosa) en ácidos grasos volátiles. Estos ácidos grasos son una fuente de energía, como la glucosa, y pueden ser absorbidos y asimilados más adelante en el tracto digestivo. En comparación, los caballos tienen un estómago simple (como el de un perro o un gato) y el proceso de fermentación microbiana comienza en el ciego, que contiene bacterias activas similares a las del rumen.
Esto significa que los caballos tienen la capacidad de desglosar los componentes fibrosos (carbohidratos estructurales) del alimento sin el estómago complejo de cuatro compartimentos que tienen otros animales de pastoreo y, en cambio, se fermentan en el intestino posterior. Por esta razón, a los rumiantes se les conoce como fermentadores del intestino anterior y a los caballos como fermentadores del intestino posterior. El intestino anterior está compuesto por la boca, el esófago, el estómago y el intestino delgado; y el intestino posterior, o intestino grueso, comprende el ciego, el colon mayor, el colon menor y el recto. El sistema digestivo equino puede ser dividido en estas ocho secciones principales descritas a continuación según su función y características generales:
Boca
El proceso de digestión comienza con la boca cuando el caballo usa sus labios, lengua y dientes para agarrar y masticar alimento y beber agua. Los caballos mastican con un movimiento circular, tanto lateral como vertical, que está determinado por las superficies coincidentes de los dientes superiores e inferiores. Los dientes deben ser revisados regularmente para prevenir que se formen bordes afilados y asegurar que el caballo pueda masticar correctamente. Cuando la comida ha sido bien masticada, se absorben mejor los nutrientes en el cuerpo y es menos probable que cause atragantamiento o cólicos por impactación.
Masticar estimula la producción de saliva, que actúa como un lubricante para tragar más fácilmente y pasar la comida masticada por el esófago. La saliva también ayuda a desglosar los alimentos y a neutralizar el pH (potencial de hidrógeno o grado de acidez) del estómago. Los caballos producen a diario aproximadamente 30 litros de saliva al masticar. El sistema digestivo equino es muy largo y requiere una cantidad adecuada de fluidos para la digestión. Por eso beber suficiente agua es extremadamente importante, la hidratación garantiza el movimiento del alimento a través del tracto gastrointestinal de los caballos.
Esófago
El esófago es un tubo muscular de aproximadamente 1.5 metros de longitud que mueve el alimento masticado, llamado ingesta, desde la boca hasta el estómago. La parte de la boca unida al esófago se llama faringe, tiene forma de embudo que fuerza la ingesta hacia el esófago y evita que regrese a la boca. Esto contribuye a la inhabilidad de rumiar de los caballos. La faringe también comunica con las fosas nasales, así que en caso de atragantamiento el alimento tragado puede salir por la nariz como resultado. El caballo puede respirar pero no comer ni beber con una obstrucción esofágica, por lo tanto, puede requerir intervención veterinaria.
En el esófago, la ingesta se mueve hacia el estómago mediante acción peristáltica (contracciones musculares rítmicas). La parte del esófago unida al estómago se llama cardias, o esfínter cardíaco, y forma una válvula de un solo sentido. Esto permite que el alimento pase del esófago al estómago, pero no de regreso al esófago. Por lo tanto, los caballos no pueden eructar, regurgitar ni vomitar en caso de algún problema en el estómago. Lo que puede resultar en una acumulación de gases, dilatación severa o incluso rotura del estómago.
Estómago
La ingesta pasa al estómago, que está localizado en el lado izquierdo del abdomen debajo de las costillas. El estómago de los caballos es relativamente pequeño en relación a su tamaño corporal y en comparación con otros animales domésticos. Sólo puede contener entre 7.5 y 15 litros de agua y comida a la vez, y es más eficiente cuando está dos tercios lleno. La parte inferior del estómago tiene un revestimiento interno glandular cubierto de mucosa donde se secretan hormonas, enzimas y ácidos continuamente para desglosar alimento, incluso cuando el estómago está vacío. La parte superior del estómago no tiene glándulas secretoras ni capa mucosa protectora de los ácidos gástricos, y es donde la mayoría de las úlceras se forman si el estómago está vacío y/o durante el ejercicio. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos también dañan las defensas de la mucosa y promueven la formación de úlceras gástricas.
Ocurre muy poca digestión microbiana y absorción de nutrientes en el estómago. Su función principal es secretar ácido clorhídrico para ayudar a desglosar la ingesta, y pepsina, una enzima que descompone las proteínas en aminoácidos. Las células de la región glandular del estómago secretan mucosa y también bicarbonato para ayudar a proteger contra el pH bajo. Esto protege el revestimiento intestinal y permite que las enzimas funcionen de manera efectiva. Dependiendo del tamaño y el tipo de comida consumida, la ingesta se retiene, se mezcla y se tritura en el estómago de 3 a 4 horas en promedio antes de que pase de manera controlada al intestino delgado. Estas características digestivas hacen que los caballos tengan hambre casi constantemente y coman pasto hasta 20 horas al día en condiciones naturales. El sistema digestivo equino está diseñado para digerir comidas pequeñas y frecuentes de forraje de manera continua.
Intestino delgado
El intestino delgado está formado por el duodeno, el yeyuno y el íleon, mide aproximadamente 21 metros de largo y 5 centímetros de diámetro. El estómago tiene una válvula inferior que lo conecta con el duodeno llamada píloro, o esfínter pilórico que se abre y se cierra durante la digestión. El intestino delgado es donde la mayoría de los nutrientes no fibrosos del alimento se digieren y absorben. Incluyendo azúcar y almidón (carbohidratos no estructurales), proteínas (que han sido digeridas inicialmente en el estómago), grasas, y algunas vitaminas y minerales. Una gran cantidad de enzimas producidas en el páncreas y en el intestino delgado desglosan la ingesta en partículas pequeñas para ser absorbidas en la sangre. El almidón es desglosado en glucosa por enzimas amilasas, la grasa es desglosada en glicerol y ácidos grasos por enzimas lipasas, y la proteína es desglosada en aminoácidos por enzimas peptidasas.
El proceso de digestión en el intestino delgado es bastante rápido, tarda en promedio de 1 a 3 horas dependiendo del tamaño de la comida y el tipo de alimento. La digestión de nutrientes en el intestino delgado se ve afectada por la composición y procesamiento del alimento. El intestino delgado de los caballos puede digerir una cantidad limitada de almidón, un componente principal de los granos de cereales. Por lo tanto, una comida grande de grano puede sobrecargar el intestino delgado por el exceso de almidón, causando que pase al ciego sin ser digerido. El almidón se fermenta rápidamente en el ciego produciendo una cantidad excesiva de ácido láctico que baja el pH y puede causar cólico, laminitis, endotoxemia o acidosis. Entonces, para minimizar trastornos digestivos en caballos que requieren concentrados de grano, es necesario darles varias comidas pequeñas al día en vez de una o dos comidas grandes.
Ciego
El ciego mide aproximadamente 1 metro de largo y es como un costal donde la entrada y la salida al órgano están en la parte superior. La ingesta entra y sale del ciego a través de una válvula que forma una intersección de tres vías llamada unión ileocecal, que une el íleon con el ciego y el ciego con el colon mayor. El ciego de los caballos es una gran tina de fermentación microbiana que puede contener de 25 a 35 litros de comida y agua. El tamaño y la estructura del ciego les proporciona a los microbios hasta siete horas para fermentar la fibra de los forrajes. Miles de millones de bacterias, hongos y protozoos forman la microbiota del caballo. Estos microorganismos desglosan los componentes fibrosos (carbohidratos estructurales) del alimento y el resto de los nutrientes no absorbidos en el intestino delgado.
La fermentación produce ácidos grasos volátiles (acético, propiónico y butírico) que pueden ser absorbidos en la sangre y usarse como energía. También se producen metano, amoníaco, dióxido de carbono y agua, así como vitaminas del complejo B, vitamina K y algunos aminoácidos. La población microbiana sólo puede digerir ciertos tipos de alimento y tiene baja tolerancia a los cambios repentinos en la dieta y el pH. Solamente las dietas basadas en forraje promueven la salud gastrointestinal de los caballos. Y cualquier cambio en la dieta, ya sea de tipo de alimento, cantidad de alimento u horario de alimentación, debe hacerse gradualmente en un periodo de 2 a 3 semanas. Esto permite que el microbioma tenga tiempo de ajustarse al cambio y regresar a su función normal sin causar consecuencias negativas al caballo. Adicionalmente, la población de microbios disminuye cuando los caballos no comen forraje por más de 8 horas seguidas.
Colon mayor, colon menor y recto
La ingesta pasa al colon mayor donde el proceso de digestión puede tardar de 48 a 65 horas, dependiendo de la dieta. El colon mayor mide aproximadamente 3.5 metros de largo y puede contener de 75 a 85 litros. Se divide en cuatro secciones principales separadas cada una por una flexión que permite que se curve y quepa en el abdomen. El colon mayor se vuelve más estrecho en una curvatura llamada flexión pélvica, de 20 cm de diámetro a 10 cm de diámetro. Este estrechamiento del colon ralentiza el paso de la ingesta, lo que permite más tiempo para la digestión microbiana. La fermentación microbiana continúa en el colon mayor, pero aquí el microbioma es aún más variado. En el colon mayor se absorben la mayoría de los nutrientes producidos en la fermentación, así como algunas vitaminas y minerales antes de que la ingesta pase al colon menor.
El colon menor mide aproximadamente 3 metros de largo y 10 cm de diámetro. Cuando la ingesta entra al colon menor, casi todos los nutrientes ya han sido absorbidos y lo que queda no puede ser digerido. El colon menor recupera el exceso de agua de la ingesta y la devuelve al cuerpo para mantener hidratado al caballo. Su función es reabsorber agua y formar heces con los residuos no digeridos y no digeribles. Luego el recto las almacena y excreta, finalizando así el paso del alimento a través del tracto gastrointestinal equino, un proceso que tarda de 2 a 3 días en completarse. Todas estas características únicas del sistema digestivo equino nos indican qué, cómo y cuándo alimentar a nuestros caballos adecuadamente. Podemos asegurar una nutrición óptima de manera relativamente simple si implementamos los conocimientos sobre la anatomía y fisiología digestiva de los caballos en nuestras prácticas de alimentación.