Los dientes de los caballos continúan creciendo durante toda su vida. La acción de masticar desgasta la superficie de sus dientes, pero puede dejar “picos” o “ganchos“ filosos en el borde exterior de los dientes superiores y en el borde interior de los dientes inferiores, porque esos bordes no entran en contacto con sus dientes opuestos. Si esos picos y ganchos no se atienden, pueden llegar a ser bastante filosos y causar graves malestares al caballo. Un caballo que necesita cuidado dental equino, un proceso llamado “limado dental”, tiene dificultad para masticar (dejando caer bocados de alimento parcialmente masticado). También puede tener problemas para mantener su peso, oponerse a usar la cabezada y molestarse por el bocado mientras lo montan.
Para prevenir estos problemas, los dientes de un caballo deben ser revisados al menos una vez al año. El cuidado dental equino debe realizarse por un veterinario que sepa hacer el limado dental o un dentista equino especializado. En el proceso, las partes filosas de los dientes se liman con una herramienta motorizada o a mano con una lima metálica. La mayoría de los caballos necesita revisión dental solo una vez al año y limado dental según la revisión. Pero es un buen hábito hacer que tu veterinario revise los dientes de tu caballo dos veces al año, cuando le administre las vacunas de primavera y otoño.