El último paso para lograr la nutrición óptima de tu caballo, es crear un plan alimenticio que siga las reglas de alimentación de los caballos. Cualquier plan de alimentación debería fomentar el consumo adecuado de alimentos al promover la salud y bienestar de los caballos. Para una salud intestinal óptima, nuestras prácticas de alimentación deben imitar la naturaleza de los caballos tanto como sea posible.
Esto significa prestar atención a los alimentos (calidad y cantidad de nutrientes) y cómo los alimentamos (tamaño y frecuencia de comidas). También se deben tomar en cuenta factores como el sabor del alimento (¿al caballo le gusta?) y comportamiento al comer (¿tira el alimento?). Porque proveer los alimentos correctos no asegura que un caballo reciba nutrición óptima. Cómo y cuándo es alimentado es tan importante como qué alimentos consume.
Tu veterinario o nutricionista equino puede ayudarte a desarrollar un plan alimenticio que se adapte a los requerimientos particulares de tu caballo. Especialmente si necesita nutrición equina especializada (como los caballos jóvenes, yeguas preñadas o lactantes, caballos de reproducción, caballos viejos o caballos en recuperación). En adición a un buen plan alimenticio, son básicos el cuidado dental, la prevención y control de parásitos, un programa de medicina preventiva, ejercicio y acondicionamiento apropiados, y condiciones de alojamiento adecuadas para caballos.
Comportamiento de alimentación de los caballos
Bajo condiciones naturales, los caballos comen pasto de forma más o menos continua, de 14 a 18 horas al día, y no interrumpen su ingesta de alimento durante más de 4 horas, si tienen la opción. Durante la evolución del caballo, este período prolongado de ingesta de alimento distribuido en las 24 horas del día determinó su comportamiento y su fisiología. Las prácticas restrictivas de alimentación de caballos, como es común en el sistema de alojamiento en caballerizas, afectan el comportamiento alimentario natural. Para garantizar el bienestar físico, mental y conductual de nuestros caballos, debemos tratar de seguir su comportamiento alimentario natural al determinar qué darles de comer, en qué cantidades y con qué frecuencia. Cualquier pausa en la ingesta de alimento no debe durar más de 8 horas, para maximizar el tiempo de masticación y prevenir malestares digestivos.
Una práctica común de alimentación es proveer el mayor acceso posible a pastizales durante el día, y dar heno y concentrados en la mañana y en la noche según los requerimientos nutricionales de cada caballo. Por ejemplo, dar el desayuno a las 7am, sacar al pasto de las 9am a las 7pm y dar de cenar a las 9pm. Este horario podría resultar en una interrupción de consumo de alimento de más de 8 horas por la noche si no se ofrece suficiente heno, pero es una práctica adecuada para la mayoría de los caballos domésticos. Otra opción, para quienes no tienen posibilidad de sacar a sus caballos a pastar, es dividir las raciones diarias en 3 o 4 porciones y espaciar las comidas en intervalos de 8 o 5 horas respectivamente. Estas prácticas de alimentación de caballos previenen el desarrollo de vicios y los riesgos de cólicos.
